UNA HISTORIA DE ESFUERZO Y SUPERACIÓN

DIARIO AMATE.

Mª Carmen Ramos González es una adolescente con diversidad funcional que para poder estudiar ha tenido que pasar por muchas circunstancias adversas que otros adolescentes no tienen que pasar, y es que ella necesita una monitora para poder asistir a clase y si lo ha conseguido ha sido con el esfuerzo y la protesta de ella misma y de su familia.

Mª Carmen de 18 años es estudiante de Formación Profesional Básica a la que se le adjudicó sin ningún problema nuestro instituto, pero los problemas comenzaron cuando no le concedieron la monitora que necesita para asistir a clase, una monitora que por ley le corresponde. Cuando le preguntamos a Mº Carmen que por qué creía ella que no se lo concedía nos dijo: “porque Delegación se quiere ahorrar ese recurso y eso no está bien. Si alguien necesita ese recurso tienen que darlo desde el primer momento” Esta no es la primera vez que le ocurre esto a Mª Carmen, lleva con este problema toda su etapa estudiantil en el colegio, más tarde en la Enseñanza Obligatoria y ahora en la Formación Profesional Básica.

La Delegación de Educación de Sevilla al final se lo concedió, pero después de mucho esfuerzo de su familia, ir todos los días a la Delegación de Educación, faltar a clase porque de esa manera ejercía más presión, hablar con la jefa de servicios… un tiempo muy valioso perdido. Para Mª Carmen perder el tiempo es muy importante, porque supone estancarse en el proceso de superación personal que es el motor de su vida. Nos pusimos en contacto con su madre y esto fue lo que nos dijo: ” Nos personamos en la Consejería de Educación múltiples veces donde nos daban informaciones confusas y contradictorias. Hartos y desesperados fuimos con nuestra hija y dijimos que no nos moveríamos de allí hasta que nos dieran una solución. Entonces nos dijeron que solucionarían el problema en breve. Nos explicaron que el problema es que no se pide el monitor hasta que no se formaliza la matrícula y eso lleva un trámite, esa era la causa del retraso.” Nos dijo que ella insistió en que ese sistema está mal ya “que el recurso debe buscarse desde el momento que es admitida, para que puda comenzar el curso como los demás”. Sigue pensando que “es una lástima que debido a la lentitud de la administración tengamos que sufrir retrasos cada vez que ha cambiado de centro de estudios”

Mª Carmen nos comentó que esta historia tiene que ser conocida para que esto no pase más ya que no es justo que todos los años tenga que pasar por esta situación.

Este es el primera año que Mª Carmen está estudiando en nuestro instituto y en cuanto supimos su problema quisimos entrevistarla para que nos lo contara y todos pudiéramos ayudarla si nos necesita. Nos ha confesado que se siente muy bien con sus compañeros “me han acogido muy bien desde el primer momento” y con sus profesoras que la ayudan en todo lo que necesita. Mª Carmen tiene una silla eléctrica para poder desplazarse por nuestro instituto, lo que le permite en el recreo ir por donde quiera y relacionarse con todos los compañeros. Está muy contenta con este nuevo instituto porque está muy bien adaptado para su silla eléctrica, lo único que cambiaría sería la biblioteca ya que no puede acceder a ella. Lo comprobamos el día que fue a hacerse el carnet y le fue imposible acceder ya que hay un pequeño escalón que se lo imposibilita. Pero el mantenedor, Julio, ya está encargado de hacer una rampa para que ella pueda ir con su grupo de compañeros a sacar los libros que tenga que leer.

En la vida de Mª Carmen todo tiene que estar adaptado para su silla de ruedas y sus necesidades, así su casa está totalmente adaptada, el baño, la cocina, su cama y también su coche en el que todas las mañanas la trae su madre a estudiar. Muchos gastos que con la ayuda a la dependencia que tiene aprobada son un poco más llevaderos. También en el aula se adapta todo aquello que ella necesita, pero una vez que consigue realizar esa actividad sin ningún problema el elemento adaptado se elimina.

Esta adolescente tiene los mismos sueños que todos nosotros. Sueña con trabajar en una oficina ya que está estudiando para ello, pero es muy realista y piensa que le va a costar mucho conseguirlo ya que necesita una monitora.

Cada día para Mª Carmen es un reto en el que va ganando autonomía personal e independencia. Nos confesó que desde el inicio del curso ha conseguido cosas impensables hasta este momento como: “doblar la ropa, poner la mesa, meter cosas en el portafolio, sacar punta, ver las letras en folios de A4…”

Su monitora Sara Ortega, integradora social, ha ayudado mucho desde principio de curso y nos comentó “se trabaja mucho la autonomía y la sociabilización con sus compañeros, también en el recreo con los demás alumnos”.

Cuando le preguntamos a Mª Carmen qué siente cuando consigue hacer algo que antes no hacía nos dice que “mucho orgullo al descubrir que puedo. Al poder siento satisfacción”.

Su profesora Cristobalina Delgado trabaja con ella mucho, todas las tareas que permite a sus alumnos realizar numerosas funciones en una oficia y además quiere que desarrolle su creatividad. Cuando le preguntamos si se está cumpliendo por parte de las empresas la cuota de empleados con discapacidad que impone la ley nos dice que “las empresas no contratan a personas con diversidad funcional y menos ahora en época de crisis”. El trabajar con estos alumnos requiere una formación especial del profesorado, aunque a veces falla un conocimiento más profundo de los distintos trastornos del aula, aunque realizan curso en el CEP.

Los compañeros de Mª Carmen la ayudan mucho y han podido comprobar cómo está evolucionando.

Su vida fuera del instituto es muy activa ya que va a actividades de ocio por la tarde con sus otros compañeros. Gracias a esto consiguen aprender de una manera más amena a la vez que se lo pasa muy bien.

Mª Carmen nos quiere dejar un mensaje y es que quiere que si alguien necesita una ayuda se le conceda y así poder cumplir sus metas, como ella las está consiguiendo.